Nieve, nieve, nieve... y nosotros en clase, sin poder tocarla, sin tirarnos bolas, sin hacer muñecos... no podíamos aguantar así que...
Decidimos
subir la nieve a clase... Qué caras, me hubiera encantado congelar ese
instante... Sólo ver los tres barreños de nieve aparecer por la clase y
su carita se iluminó. qué poquito para hacerles felices.
Aun recuerdo esas carillas de felicidad.... son fantasticos!!!
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